El Espejo Que Devuelve La Mirada

# Introducción: El reflejo siniestro

Había algo inquietante en la casa de la familia Martínez. Desde que se mudaron a ese viejo caserón situado en las afueras del pueblo, los habitantes locales hablaban en susurros sobre extrañas apariciones y sucesos inexplicables. Sin embargo, nada era tan perturbador como el espejo que encontraron abandonado en el desván.

# Nudo: La presencia invisible

María Martínez, una mujer escéptica por naturaleza, se sintió intrigada por el espejo desde el primer momento en que lo vio. Colocado en un rincón oscuro y polvoriento del desván, parecía llamarla con una fuerza magnética irresistible. A pesar de las advertencias de su esposo, María decidió llevarlo a su habitación para limpiarlo y observar su reflejo.

Por las noches, cuando todos dormían, María se sentaba frente al espejo y contemplaba su propio rostro con curiosidad. Sin embargo, pronto comenzó a notar algo inusual en la imagen que le devolvía. En ocasiones, sus ojos parecían destilar un brillo malévolo, como si una presencia invisible la observara desde el otro lado del cristal.

Con el paso de los días, María empezó a experimentar sueños perturbadores y sensaciones de malestar cada vez que se acercaba al espejo. Su reflejo parecía adquirir una vida propia, retorciéndose y distorsionándose de forma grotesca. Aterrada, María intentaba evitar el contacto visual con el espejo, pero la atracción que ejercía sobre ella resultaba irresistible.

# Desenlace: La verdad oculta

Una noche, mientras todos dormían, María regresó al desván decidida a deshacerse del espejo de una vez por todas. Con manos temblorosas, lo envolvió en una manta y se dispuso a arrojarlo al pozo que había en el jardín. Sin embargo, cuando levantó la mirada, vio algo que la dejó petrificada de horror.

En el cristal del espejo, reflejada de forma distorsionada, aparecía una figura pálida y etérea que la observaba con ojos vacíos y fríos. Un escalofrío recorrió la espalda de María al reconocer la silueta de una niña pequeña, con vestimenta antigua y una expresión de sufrimiento en su rostro.

Sin pensarlo dos veces, María arrojó el espejo al pozo y lo cubrió con tierra, esperando dejar atrás aquella pesadilla. Sin embargo, la sensación de ser observada nunca la abandonó, y cada vez que pasaba frente al lugar donde yacía enterrado el espejo, podía sentir la mirada implacable de la niña fantasmal.

El destino de la familia Martínez quedó marcado por aquel espejo siniestro, cuya historia yace oculta en las sombras de la vieja casa. ¿Qué secretos guardaba aquel objeto maldito? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: el espejo que devuelve la mirada nunca dejará de acechar a quienes osen desafiar su poder.

¿Te atreverías a mirarte en un espejo que refleja más que tu propia imagen?

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