El Espejo Que Susurra

Introducción: El susurro del espejo prohibido

En un oscuro rincón de la ciudad, se encontraba una antigua casa abandonada que era evitada por todos los vecinos. Se decía que en su interior habitaba una presencia maligna, una fuerza oscura que acechaba a quienes se atrevían a acercarse demasiado. En el corazón de aquella mansión olvidada, yacía un viejo espejo cubierto de polvo y misterio, conocido como «El espejo que susurra».

Nudo: La atracción fatal del reflejo maldito

Una noche, Valeria, una joven valiente y curiosa, se adentró en la casa abandonada sin temor alguno. Intrigada por las leyendas que rodeaban al perturbador espejo, se acercó lentamente y contempló su reflejo con fascinación. En ese instante, algo extraño sucedió: las palabras comenzaron a formarse en la superficie plateada, como si el espejo estuviera cobrando vida.

Las inscripciones parecían susurros ininteligibles, pero Valeria sentía que una fuerza invisible la atraía, obligándola a prestar atención a aquel mensaje oculto. Con cada palabra pronunciada por el espejo, su curiosidad se convertía en obsesión, y pronto se vio incapaz de apartar la mirada de su propio reflejo retorcido.

Desenlace: El pacto con la oscuridad

Días pasaron desde que Valeria descubrió el misterioso espejo, y su semblante había cambiado por completo. Sus ojos reflejaban una sombra de temor perpetuo, y su mente estaba dominada por pensamientos oscuros y perturbadores. La joven ya no era la misma, y todos los que la conocían notaban su cambio inexplicable.

Una madrugada, los vecinos escucharon gritos desgarradores provenientes de la casa abandonada. Al acudir al lugar, encontraron a Valeria frente al espejo, susurrando en un lenguaje desconocido y con una sonrisa siniestra en el rostro. Su reflejo se había fundido con el del espejo, creando una imagen distorsionada y aterradora.

Nadie supo qué sucedió exactamente aquella noche, pero se rumorea que Valeria selló un pacto con la oscuridad a través del espejo que susurraba. Su destino quedó ligado a la mansión abandonada y al espejo maléfico, condenada a vagar entre dimensiones desconocidas por toda la eternidad.

Algunos dicen que aún se puede escuchar el susurro del espejo en la oscuridad de la noche, advirtiendo a los curiosos que se alejen antes de caer en la misma trampa mortal que atrapó a Valeria. El espejo que susurra sigue acechando, esperando a su próxima víctima que se atreva a desafiar sus secretos prohibidos.

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