Introducción: La llamada de la oscuridad
El bosque oscuro se extendía majestuoso a lo largo de kilómetros, sus árboles altos y frondosos ocultando secretos ancestrales. Los lugareños evitaban adentrarse en sus profundidades cuando caía la noche, pues antiguas leyendas hablaban de presencias malignas que acechaban entre las sombras. Sin embargo, una joven intrépida y curiosa llamada Sofía desafió las advertencias y decidió adentrarse en el bosque una noche de luna llena.
Nudo: El susurro de la locura
Sofía caminaba con paso decidido, su linterna iluminando apenas unos cuantos metros a su alrededor. El silencio era abrumador, solo interrumpido por el crujir de las ramas bajo sus pies. De repente, un grito desgarrador resonó en la oscuridad, helando la sangre en sus venas. Sofía se detuvo, el miedo aferrándose a su corazón como garras afiladas.
Cautelosamente, avanzó en dirección al sonido, con la sensación de que algo oscuro la observaba desde las sombras. El grito se repitió, más cerca esta vez, como un lamento de agonía que perforaba sus pensamientos. ¿Qué sería capaz de producir semejante aullido en medio de la noche?
Desenlace: El eco de la eternidad
Finalmente, Sofía llegó a un claro en el bosque donde una figura encapuchada yace en el suelo, su cuerpo retorcido en una postura imposible. La joven se acercó con temor, iluminando el rostro pálido y los ojos vidriosos de la persona. De repente, el ser abrió la boca y emitió un grito estremecedor que parecía resonar en lo más profundo de su alma.
El terror se apoderó de Sofía, quien retrocedió tambaleante, sintiendo cómo la locura acechaba en los límites de su mente. Sin embargo, antes de que pudiera huir, la figura levantó un dedo tembloroso y señaló hacia el horizonte. En ese preciso instante, Sofía vio una luz brillante que se elevaba desde el bosque, proyectando sombras danzantes sobre los árboles.
En un fugaz destello, la figura desapareció, dejando a Sofía sola en la penumbra del bosque oscuro. La luz se desvaneció lentamente, dejando tras de sí un eco siniestro que resonaba en la noche. La joven se quedó paralizada, preguntándose si lo que acababa de presenciar era real o solo una ilusión de su mente atormentada.
Así, el grito en el bosque oscuro se convirtió en un misterio sin resolver, una sombra que perseguiría a Sofía en sus sueños y que alimentaría las leyendas de terror que se transmitirían de generación en generación. ¿Qué secreto guardaba aquel lugar prohibido? Solo el bosque conocía la verdad, susurros de locura que aguardaban en la oscuridad, listos para reclamar a aquellos que se aventuraran más allá de sus límites.