Introducción: La sombra del hombre del sombrero negro
En un pequeño pueblo perdido entre colinas y bosques frondosos, la leyenda del hombre del sombrero negro teje su telaraña de misterio y terror. Se dice que aquel que se cruza en su camino no vive para contarlo, y que su presencia anuncia desgracias y desapariciones inexplicables. Nadie sabe de dónde viene ni a dónde va, solo se le ve de noche, bajo la luz pálida de la luna, con su sombrero negro que oculta su rostro en las sombras.
Nudo: El oscuro encuentro
Una noche sin luna, María caminaba de regreso a casa después de una larga jornada de trabajo en la panadería del pueblo. El viento soplaba helado entre los árboles, haciendo crujir las ramas desnudas. De pronto, un escalofrío recorrió su espalda al percibir una presencia cerca de ella. Volteó con rapidez, pero no había nadie a la vista. Apresuró el paso, sintiendo que alguien la seguía, escuchando sus pisadas acompasadas con las suyas.
El sonido se detuvo de golpe, y al girar la cabeza, María vio una figura alta y esbelta envuelta en sombras, con un sombrero negro que ocultaba su rostro. El miedo heló su sangre cuando notó que la figura se acercaba lentamente hacia ella, como flotando en el aire. Intentó correr, pero sus piernas se negaban a moverse, como si estuvieran atrapadas en un sueño espeso y pesado.
El hombre del sombrero negro se detuvo frente a ella, emanando un frío gélido que cortaba hasta los huesos. María intentó gritar, pero su voz se perdió en la oscuridad de aquella noche interminable. Entonces, con un movimiento lento y deliberado, el hombre levantó una mano esquelética y descubrió su rostro. Lo que María vio en ese momento nunca podría olvidarlo, unos ojos vacíos y oscuros que parecían absorber la luz a su alrededor, una boca sin labios que se curvó en una sonrisa siniestra.
Desenlace: El misterio sin resolver
Cuando los primeros rayos del sol iluminaron el pueblo al día siguiente, María fue encontrada en el bosque, desorientada y temblorosa. Recordaba vagamente el encuentro con el hombre del sombrero negro, pero no estaba segura de si había sido real o solo una pesadilla. Los habitantes del pueblo murmuraban entre ellos, recordando otras historias similares de encuentros con la figura oscura y misteriosa que vagaba por los senderos en la noche.
Algunos decían que el hombre del sombrero negro era un espíritu vengativo en busca de almas perdidas, otros creían que era una manifestación de los pecados ocultos de la gente del pueblo. Pero nadie sabía la verdad detrás de su presencia, ni si volvería a aparecer en las noches venideras. María nunca volvió a ser la misma después de aquel encuentro, viviendo atormentada por la sombra del hombre del sombrero negro que la perseguía en sus sueños.
Mientras tanto, en los rincones más oscuros del bosque, una silueta alta y esbelta, con un sombrero negro que ocultaba su rostro, se desvanecía en la niebla matutina, dejando tras de sí un rastro de misterio y terror que perduraría en la memoria de aquel pueblo para siempre. ¿Quién era realmente el hombre del sombrero negro? ¿Qué oscuros secretos guardaba bajo su apariencia fantasmal? Nadie lo sabía, y quizás nunca se conocería la verdad detrás de aquella sombra en la noche.