Era una noche oscura y tormentosa. El sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas creaba una atmósfera de inquietud en el pequeño pueblo de Ravenwood. En una casa solitaria, al final de una lúgubre callejuela, vivía un hombre solitario llamado Thomas. Thomas era conocido en el pueblo por ser reservado y misterioso, pero nadie sabía realmente qué se escondía tras la puerta cerrada de su casa. Sin embargo, una serie de extraños sucesos estaban a punto de desencadenar una serie de eventos terroríficos que cambiarían para siempre la vida de Thomas.
Una noche, mientras Thomas se encontraba solo en su casa, comenzó a percibir una presencia extraña a su alrededor. Una sombra se proyectaba en la pared de su sala de estar, una silueta oscura que parecía moverse con vida propia. Al principio, Thomas intentó convencerse de que era solo su imaginación jugándole malas pasadas, pero la presencia persistía, acechándolo en cada rincón de la casa. Cada vez que miraba por encima del hombro, podía verla de reojo, observándolo, esperando pacientemente en la oscuridad.
Nudo: La presencia en la oscuridad
La sombra se hacía cada vez más presente, sus contornos parecían cobrar vida propia, moviéndose sin cesar por las paredes de la casa de Thomas. No importaba cuántas veces encendiera las luces o revisara cada habitación, la presencia siempre estaba ahí, acechando desde las sombras. Thomas comenzó a sentir un profundo temor que lo consumía, un miedo irracional que lo mantenía despierto durante horas en la noche, preguntándose qué era esa entidad desconocida que lo observaba con ojos invisibles.
Finalmente, una noche, Thomas decidió enfrentar su miedo y descubrir la verdad detrás de la sombra en la pared. Armado con una linterna y un cuchillo de cocina, se adentró en las profundidades de su casa, siguiendo la pista de la presencia oscura. Cada paso era una lucha contra el miedo, cada sombra una amenaza potencial. Pero cuando llegó a la habitación más alejada de la casa, lo que vio lo dejó sin aliento.
En la pared, iluminada por la luz temblorosa de su linterna, apareció un rostro humano. Un rostro pálido y demacrado, con unos ojos vacíos que parecían mirarlo fijamente. Thomas retrocedió horrorizado, sintiendo cómo el frío se apoderaba de su cuerpo. ¿Cómo era posible que esa silueta oscura en la pared tuviera forma humana?
El rostro en la oscuridad no dijo una palabra, pero su mirada hablaba por sí sola. Era una mirada de soledad y desesperación, de un alma perdida en las sombras. Thomas entendió en ese momento que no se trataba de una simple sombra, sino de algo mucho más profundo y oscuro. Algo que había estado allí mucho antes de que él llegara, algo que lo observaba desde las profundidades del tiempo.
Con el corazón latiendo con fuerza, Thomas apagó la linterna y se sumió en la oscuridad. ¿Qué era esa presencia en su casa? ¿Qué secreto guardaban las sombras que lo rodeaban? Nunca lo sabría con certeza, pero una cosa era segura: la silueta oscura había dejado una marca imborrable en su mente, una huella de terror que lo perseguiría el resto de sus días.
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Con esta historia inquietante y misteriosa, te invito a reflexionar sobre los misterios ocultos en las sombras, sobre las presencias inexplicables que acechan en la oscuridad. ¿Quién era realmente el hombre en la silueta oscura? Esa es una pregunta que solo tú puedes responder. ¡Hasta la próxima historia de terror, valiente lector!