# Introducción: La puerta al abismo
En el oscuro rincón de un pequeño pueblo, se alzaba una antigua mansión envuelta en misterio. Sus ventanas rotas y su estructura en ruinas la convertían en un lugar desolado y temido por los lugareños. Se decía que en su interior habitaban sombras antiguas, y que aquellos que se aventuraban a traspasar sus puertas no volvían a ser los mismos.
Pero había algo aún más desconcertante dentro de la mansión: un portal. Un portal a lo desconocido, un pasaje hacia un mundo más allá de nuestra comprensión. Nadie sabía cómo ni por qué estaba allí, pero su presencia inquietaba a todos los que se acercaban a la mansión.
# Nudo: El pacto prohibido
Una noche de luna llena, tres valientes jóvenes decidieron desafiar a las leyendas y adentrarse en la mansión abandonada. Armados con linternas temblorosas y corazones llenos de intriga, cruzaron el umbral de la puerta principal y se adentraron en lo desconocido.
Encontraron el portal en el sótano, oculto tras una pared de piedra cubierta de inscripciones arcanas. Al acercarse, una extraña energía les rodeó, haciéndoles temblar de miedo y emoción. Uno de ellos, llamado Lucía, sintió una atracción irrefrenable hacia el portal y se acercó con paso decidido.
—¡No! —exclamó uno de sus amigos, tratando de detenerla—. No sabemos lo que hay al otro lado, es peligroso.
Pero Lucía parecía hipnotizada por el portal, y sin vacilar, extendió la mano y tocó la superficie brillante. En ese instante, una voz susurrante resonó en sus mentes, ofreciéndoles un pacto prohibido a cambio de conocimiento y poder. Tentados por la promesa de secretos ancestrales, los tres jóvenes aceptaron sin pensarlo dos veces.
# Desenlace: El destino incierto
Al sellar el pacto, el portal se abrió ante ellos, revelando un paisaje surrealista y aterrador. Luces parpadeantes y sombras danzantes les rodeaban, envolviéndolos en un torbellino de sensaciones nunca antes experimentadas. Sin embargo, algo en el ambiente les advertía de que habían cruzado una línea que nunca debieron traspasar.
El tiempo parecía dilatarse y contraerse, distorsionando la percepción de la realidad. Los jóvenes se dieron cuenta de que habían desencadenado fuerzas más allá de su control, y que el precio por su curiosidad podría ser más alto de lo que jamás hubieran imaginado. Abrazados por el miedo y la incertidumbre, se vieron arrastrados hacia el abismo del portal, sin saber si alguna vez regresarían a su mundo conocido.
Y así, la mansión abandonada quedó sumida una vez más en el silencio y la oscuridad, mientras el portal a lo desconocido permanecía abierto, aguardando a nuevos intrépidos que se atrevieran a desafiar sus límites y descubrir los secretos que yacían más allá de la realidad que conocemos.
Solo el tiempo y la sombra de la incertidumbre sabrían qué destino aguardaba a aquellos que osaran cruzar la frontera entre lo real y lo insondable.
Con este relato, el lector queda invitado a reflexionar sobre los límites de la curiosidad humana y los peligros de enfrentarse a lo desconocido sin estar preparado para las consecuencias. Cada decisión, cada paso en falso, puede llevarnos hacia un abismo del que quizás no haya retorno. Recuerda, amigo lector, que en las sombras siempre acecha lo inimaginable, esperando el momento adecuado para hacerse presente.
Que tu mente no se pierda en los laberintos de lo desconocido, y que tu corazón no sucumba ante la seducción de los secretos prohibidos. Porque una vez que abres la puerta, nunca sabes qué horrores y maravillas te esperan al otro lado.