El Reloj Que Va Hacia Atrás

# Introducción: El Regalo Misterioso

Había algo extraño en aquel reloj que llamaba la atención de todos los habitantes del pequeño pueblo de Ardena. Se encontraba en el centro de la plaza principal, su antiguo diseño y su color dorado le conferían un aire misterioso y oscuro. Nadie sabía quién lo había colocado allí ni cuánto tiempo llevaba allí, pero lo cierto es que desde su aparición, las cosas comenzaron a cambiar en el lugar.

# Nudo: La Anomalía Temporal

Una noche, mientras todos dormían plácidamente, el reloj que marcaba las doce en punto comenzó a moverse hacia atrás. Sus manecillas retrocedían lentamente, desafiando toda lógica temporal. Los habitantes de Ardena despertaron con sobresalto al escuchar el inquietante sonido de las campanadas que marcaban un tiempo que no debía existir.

La noticia se extendió como un reguero de pólvora por todo el pueblo, y pronto todos se congregaron en la plaza para presenciar el fenómeno inexplicable. Algunos creían que se trataba de una broma macabra, otros pensaban que era un truco de algún tipo. Sin embargo, a medida que el reloj continuaba su marcha atrás, la sensación de temor y desconcierto fue invadiendo las mentes de todos los presentes.

# Desenlace: La Eterna Condena

Días, semanas e incluso meses pasaron, y el reloj seguía avanzando en sentido contrario al tiempo. Los habitantes de Ardena se sumieron en un estado de paranoia y locura, obsesionados con el reloj que parecía tener el poder de alterar la realidad misma. Algunos intentaron destruirlo, pero nada parecía afectar a aquella antiquísima máquina.

Con el paso del tiempo, los habitantes de Ardena comenzaron a experimentar extraños sucesos. Algunos afirmaban ver sombras moverse en las calles vacías durante la noche, otros escuchaban susurros ininteligibles que provenían de la dirección del reloj maldito. La cordura se hizo cada vez más frágil ante la presencia de aquel artefacto diabólico.

Finalmente, una mañana gris y lluviosa, el reloj cesó su marcha hacia atrás. Las manecillas se detuvieron en el número trece, un número que no existía en el sistema horario convencional. Y en ese preciso instante, el reloj desapareció sin dejar rastro, llevándose consigo el último vestigio de normalidad en el pueblo de Ardena.

Los habitantes quedaron sumidos en un eterno estado de confusión y terror, preguntándose si alguna vez volverían a recuperar la paz que habían perdido. El reloj que iba hacia atrás se convirtió en una leyenda urbana, en un recordatorio constante de que el tiempo es un concepto frágil y maleable que puede ser alterado por fuerzas desconocidas y siniestras.

Y así, Ardena quedó marcada por la sombra de aquel reloj anómalo, condenada a vivir en la incertidumbre y el miedo eternos, preguntándose si algún día la realidad volvería a ser lo que una vez fue.

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