El Rostro En La Pantalla

Introducción: La señal inquietante

En las profundidades de la noche, cuando las sombras se alargan y la oscuridad parece devorarlo todo, existe un antiguo misterio que ha estado rondando la mente de aquellos que se han aventurado a explorar los rincones más oscuros de la red. Esta es la historia de «El rostro en la pantalla», un relato escalofriante que te hará cuestionar cada imagen que aparezca en tu monitor.

Nudo: La conexión perturbadora

Era una noche tormentosa, el viento aullaba con fuerza y la lluvia golpeaba contra las ventanas de mi apartamento, creando una atmósfera lúgubre y opresiva. Decidí refugiarme en la calidez de mi habitación y navegar por internet en busca de distracción. Sin embargo, lo que encontré esa noche cambiaría mi percepción de la realidad para siempre.

Mientras navegaba por un sitio web poco conocido, una ventana emergente llamó mi atención. En ella se mostraba una imagen borrosa de lo que parecía ser un rostro humano. Al principio pensé que se trataba de algún tipo de error en la página, pero algo en aquella mirada vacía me hizo detenerme y examinarla más de cerca.

Desenlace: La revelación final

Con el corazón latiendo desbocado, me atreví a acercar mi rostro a la pantalla, tratando de enfocar la figura difusa que se materializaba ante mis ojos. Fue entonces cuando noté un detalle perturbador: el rostro en la pantalla comenzó a moverse, como si estuviera tratando de comunicarse conmigo a través del espacio digital.

Una sensación helada recorrió mi espalda mientras observaba hipnotizado cómo los rasgos del rostro cambiaban sutilmente, adoptando una expresión de angustia y desesperación. En un instante de terror indescriptible, los ojos vacíos de la figura se encontraron con los míos, como si pudiera verme a través de la pantalla y leer mis pensamientos más oscuros.

Sin previo aviso, la imagen desapareció de la pantalla, dejando únicamente una frase escrita en letras titilantes: «Te estoy observando». Un escalofrío recorrió mi cuerpo mientras la certeza de que algo maligno había irrumpido en mi mundo virtual se instalaba en mi mente.

A partir de ese momento, cada vez que encendía mi ordenador, una extraña sensación de vigilancia me invadía, como si aquel rostro en la pantalla continuara acechando desde las sombras de la red. ¿Qué entidad siniestra se escondía detrás de aquella imagen inquietante? ¿Cuál era su propósito y qué consecuencias traería consigo su presencia en mi vida?

Hasta el día de hoy, no he logrado encontrar respuestas a esas preguntas. El rostro en la pantalla sigue siendo un enigma sin resolver, una presencia ominosa que me persigue en cada interacción digital. Quizás algún día descubra la verdad detrás de este misterio, o tal vez solo sea el preludio de algo mucho más oscuro y aterrador.

Y así, en un mundo donde la realidad y la tecnología se entrelazan de forma inquietante, yo sigo vigilando cada sombra en busca de señales de aquella presencia sobrenatural que una vez se manifestó a través de la pantalla de mi ordenador. Pues, nunca se sabe cuándo el rostro en la pantalla volverá a aparecer, reclamando su lugar en la red de misterios sin resolver.

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