Introducción: El Llamado de la Oscuridad
En las profundidades de un bosque antiguo, donde los árboles se entrelazan formando un manto de sombras impenetrables, se encuentra una cabaña abandonada. Se dice que en ese lugar yace un secreto ancestral, un misterio envuelto en susurros que despiertan el terror en aquellos valientes o insensatos que se aventuran a acercarse.
Los lugareños evitan mencionar la cabaña, temerosos de despertar lo que descansa en su interior. Pero hay quienes aseguran escuchar voces susurrantes que los llaman en las noches de luna llena, atrayéndolos hacia la oscuridad que se cierne sobre el bosque.
Nudo: La Danza de las Sombras
Una noche, tres amigos decidieron desafiar las advertencias y explorar la cabaña abandonada. Ignorando los latidos acelerados de sus corazones, se adentraron en el bosque, guiados por una fuerza desconocida que los empujaba hacia el destino que les aguardaba.
Al llegar a la cabaña, sintieron cómo el aire se volvía denso y las sombras parecían cobrar vida propia, retorciéndose y contorsionándose en una danza macabra. Los susurros se intensificaron, envolviéndolos en un abrazo gélido que helaba sus almas.
En el interior de la cabaña, encontraron antiguos pergaminos y extraños símbolos tallados en la madera. Una voz susurrante resonó en sus mentes, susurrándoles secretos olvidados y promesas de poder más allá de su comprensión. Seducidos por la tentación, uno de los amigos extendió la mano hacia un objeto cubierto por un velo de sombras, desencadenando así una cadena de eventos que sellaría su destino.
Desenlace: El Eco de la Oscuridad
La noche se consumió en un frenesí de caos y terror. Las sombras cobraron forma, arrastrándose por el suelo con garras afiladas y ojos sin rostro que observaban a los intrusos con avidez. Los amigos lucharon por escapar de la cabaña maldita, pero cada paso los acercaba más al abismo de la locura.
A medida que la oscuridad devoraba sus almas, se dieron cuenta de que habían despertado a una antigua entidad que se alimentaba del miedo y la desesperación. En un último acto de valentía, uno de los amigos sacrificó su propia vida para sellar la fisura entre mundos y evitar que la oscuridad se desatara sobre el mundo exterior.
Mientras el eco de sus gritos se desvanecía en la noche, las sombras se disiparon, dejando tras de sí solo el susurro de un viento gélido que anunciaba el regreso de la serenidad. Pero, en lo más profundo del bosque, la cabaña abandonada permanecía en silencio, aguardando a nuevos incautos que se atrevieran a desafiar su poder.
Y así, la leyenda del susurro de las sombras perduró en la memoria de aquellos que se atrevieron a escucharla, recordándoles que en la oscuridad más profunda yacían secretos insondables que nunca debían ser perturbados.