El Susurro En La Lluvia

Introducción: La Llegada de la Tormenta

La ciudad de Ravenswood era conocida por sus días grises y lluviosos. Sus calles empedradas resonaban con el constante repiqueteo de la lluvia sobre los tejados, creando una atmósfera de misterio y melancolía. Era en una de esas noches de tormenta cuando la vida de Ana empezó a torcerse.

Ana, una joven estudiante de arte, había decidido refugiarse del aguacero en una pequeña cafetería al borde del parque central. Mientras sorbía su café caliente, escuchó un susurro tenue entre el estruendo de la lluvia. Aquel susurro parecía provenir de las sombras, como una voz susurrante que buscaba su atención.

Nudo: El Misterio Oscuro

Intrigada por el susurro en la lluvia, Ana decidió seguirlo. A medida que avanzaba por las calles mojadas, el susurro se intensificaba, envolviéndola en un aura de inquietud. Pronto se dio cuenta de que no era la única que escuchaba aquella voz susurrante; otros habitantes de Ravenswood también parecían ser presa de su influencia.

Un antiguo mito urbano cobró vida en la mente de Ana. Se decía que en las noches de tormenta, una entidad maligna vagaba por las calles de la ciudad, susurrando promesas de poder y conocimiento a aquellos que se atrevieran a seguirla. La curiosidad y el miedo luchaban en el corazón de Ana mientras continuaba su búsqueda en medio de la lluvia torrencial.

Desenlace: La Elección de Ana

Finalmente, el susurro la guió hasta un callejón oscuro al borde del bosque que rodeaba Ravenswood. Allí, entre las sombras danzantes de los árboles, Ana se encontró cara a cara con la entidad que la había estado susurrando. Una figura etérea, con ojos brillantes como brasas y una sonrisa siniestra en los labios, se materializó ante ella.

«¿Qué deseas, humana?», susurró la entidad, su voz resonando en la mente de Ana. La joven se vio tentada por las promesas de poder y conocimiento que le ofrecía, pero algo en lo más profundo de su ser le gritaba que se detuviera. Sabía que cualquier pacto con una criatura tan oscura tendría un precio demasiado alto.

Con un último acto de valentía, Ana rechazó las ofertas de la entidad y huyó de aquel lugar maldito. La lluvia siguió cayendo sobre Ravenswood, lavando las huellas de su encuentro con lo sobrenatural. Pero el susurro en la lluvia persistió, recordándole a Ana la fina línea que separa la curiosidad de la perdición.

Nota del autor: En la oscuridad de la noche, en medio de la lluvia implacable, cada susurro puede llevar consigo secretos inimaginables. ¿Te atreverías a seguir el susurro en la lluvia? Esa elección, querido lector, es solo tuya.

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