Por supuesto, aquí tienes tu relato de terror creepypasta titulado «El tren que no para»:
Introducción:
En la pequeña y olvidada ciudad de Amarok, situada en medio de un denso bosque, se hablaba de un legendario tren que recorría los raíles en eterno movimiento. Se decía que el tren era un misterioso espectro que aparecía únicamente en las noches de luna llena, arrastrando consigo a aquellos que osaran subir a bordo. Su destino era incierto, pero se decía que aquellos pasajeros nunca regresaban.
Años atrás, un grupo de valientes decidieron investigar la veracidad de la leyenda urbana y se aventuraron a descubrir la verdad detrás del mítico «tren que no para».
Nudo:
Una noche de luna llena, los jóvenes se reunieron en la abandonada estación de tren de Amarok, con la determinación de desentrañar el misterio. La atmósfera estaba cargada de tensión y miedo, pero la curiosidad y la valentía les empujaban a seguir adelante.
Cuando el reloj marcó la medianoche, un estruendo metálico resonó en el silencio de la noche, anunciando la llegada del temido tren. Una luz fantasmal iluminaba las vías, y un escalofrío recorrió la espina dorsal de los presentes.
Sin pensarlo dos veces, los jóvenes subieron a bordo del vagón, sintiendo cómo el corazón les latía con fuerza en el pecho. El tren comenzó a moverse lentamente, adentrándose en un túnel oscuro y siniestro, donde las sombras parecían cobrar vida propia.
Durante el trayecto, los pasajeros notaron que el tiempo parecía detenerse, como si estuvieran atrapados en un eterno presente. Las ventanas mostraban paisajes distorsionados y rostros pálidos que observaban desde la oscuridad.
Desenlace:
Al cabo de un tiempo que les pareció interminable, el tren se detuvo en una estación desconocida, envuelta en una niebla espesa y misteriosa. Los pasajeros descendieron con paso vacilante, temiendo lo que podrían encontrar en aquel lugar sin nombre.
A medida que exploraban la estación abandonada, descubrieron antiguos carteles con fechas del siglo pasado y restos de una vida que alguna vez había existido en aquel lugar. Sin embargo, algo perturbador les aguardaba en la penumbra.
Entre las sombras, divisaron figuras espectralmente familiares que les observaban con ojos vacíos. Sus voces susurraban palabras incomprensibles, atrapándolos en un vórtice de terror y desesperación.
Con un grito unísono, los jóvenes huyeron hacia el tren, esperando escapar de aquella pesadilla. Pero al intentar abordar de nuevo el vagón, descubrieron con horror que las puertas se habían cerrado irremediablemente, dejándolos atrapados en aquel lugar olvidado por el tiempo.
Y así, el tren maldito partió de nuevo, abandonando a los intrépidos viajeros a su trágico destino. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Encontraron alguna vez la salida de aquel mundo de pesadilla? Nadie lo sabe con certeza, pero la leyenda del «tren que no para» perdura en la memoria de los habitantes de Amarok, recordándoles que hay lugares a los que es mejor no aventurarse, y misterios que es mejor dejar sin desvelar.
Fin.
Espero que este relato haya logrado provocar escalofríos en tus lectores y alimentar su curiosidad por lo desconocido. ¡Gracias por confiar en mí para crear esta historia de terror!