Introducción: El hechizo de la bruja
En un pequeño pueblo perdido entre los bosques más oscuros y silenciosos, se contaba la leyenda de una bruja malvada que habitaba en lo más profundo del bosque. Se decía que su poder era tan grande que podía controlar las mentes de aquellos que se atrevían a adentrarse en su dominio. Sin embargo, su mayor arma no era la magia negra ni los conjuros oscuros, sino un antiguo espejo que guardaba en lo más recóndito de su morada.
Los lugareños evitaban mencionar el nombre de la bruja en voz alta, temerosos de atraer su mirada malévola. Pero un día, una joven valiente y curiosa llamada Elena decidió desafiar las advertencias de los ancianos y aventurarse en el bosque en busca de la verdad sobre la misteriosa bruja y su espejo.
Nudo: El reflejo de la oscuridad
Elena caminaba entre los árboles retorcidos y el musgo húmedo, sintiendo cómo el aire se volvía más denso a medida que se adentraba en el bosque. Finalmente, llegó ante la vieja cabaña de la bruja, una construcción oscura y siniestra que parecía surgir de las sombras mismas.
Con paso decidido, Elena cruzó el umbral de la morada de la bruja y se encontró en una estancia lúgubre y polvorienta. En el centro de la habitación, resplandecía un antiguo espejo con marcos de oro ennegrecidos por el tiempo. La joven se acercó lentamente al espejo, fascinada por su brillo hipnótico.
Al mirar fijamente su reflejo en el espejo, Elena sintió cómo una fuerza invisible la atraía hacia su interior. Su reflejo comenzó a distorsionarse lentamente, mostrándole imágenes de pesadilla y visiones de un mundo retorcido y oscuro. Con terror en los ojos, Elena intentó apartarse del espejo, pero era como si sus manos estuvieran sujetas por grilletes invisibles.
Desenlace: El eco de la malevolencia
En un último acto de desesperación, Elena cerró los ojos y recitó una antigua invocación que había aprendido de su abuela, una sabia anciana que conocía los secretos de la magia ancestral. Al pronunciar las palabras sagradas, una luz brillante envolvió su cuerpo y el hechizo del espejo se rompió de golpe.
Cuando abrió los ojos, Elena se encontraba de nuevo en la cabaña de la bruja, pero esta vez todo parecía diferente. El espejo ya no reflejaba sombras ni terrores, sino la imagen de una mujer anciana y cansada, con una mirada triste y arrepentida en los ojos.
La bruja le reveló a Elena la verdadera historia detrás del espejo, un relato de amor y traición que había marcado su destino para siempre. Con lágrimas en los ojos, la anciana le pidió a Elena que rompiera el espejo y liberara su espíritu atormentado de una vez por todas.
Y así, entre susurros de arrepentimiento y perdón, Elena rompió el espejo en mil pedazos, liberando al espíritu de la bruja y poniendo fin a siglos de maldición y oscuridad en aquel bosque perdido.
Al salir de la cabaña, Elena se encontró con el amanecer iluminando el horizonte, trayendo consigo un nuevo comienzo para el pueblo y para ella misma. Aunque la historia de la bruja en el espejo quedara enterrada en el pasado, su recuerdo perduraría en las mentes de aquellos que se atrevieron a desafiar los límites entre la luz y la oscuridad.
Que cada uno saque sus propias conclusiones sobre lo que realmente sucedió en aquella cabaña perdida en el bosque, donde el reflejo de la bruja en el espejo guardaba secretos más allá de la comprensión humana.