# La luz en el pasillo oscuro
Había una leyenda en el pequeño pueblo de Silverwood que perturbaba las noches de sus habitantes. Se contaba que en una vieja casa abandonada, situada en el extremo este del pueblo, la luz del pasillo se encendía y apagaba misteriosamente todas las noches, sin que nadie viviera allí desde hacía décadas. Los lugareños evitaban pasar por esa casa de aspecto decadente, temiendo lo que pudiera acechar en su interior. Pero un curioso grupo de jóvenes decidió desafiar a la oscuridad y adentrarse en aquel lugar para descubrir la verdad detrás de la leyenda.
# El pacto de los valientes
Eran cinco amigos inseparables: Alex, Valeria, Martín, Sofía y Pablo. Habían crecido juntos en Silverwood y siempre se habían considerado intrépidos. Una noche, reunidos en la antigua casa de Pablo, escucharon por primera vez la historia de la luz en el pasillo oscuro. La curiosidad les consumió y, entre risas nerviosas, decidieron hacer un pacto: explorarían la casa abandonada y llegarían al fondo del misterio. Sin embargo, ninguno de ellos imaginaba la terrorífica verdad que encontrarían en su interior.
La noche elegida llegó con un aire helado que parecía anunciar peligro. Armados con linternas y el corazón palpitante, los cinco amigos se acercaron sigilosamente a la casa. La puerta chirrió al abrirse, revelando un interior envuelto en sombras y polvo. La luz del pasillo brillaba débilmente a lo lejos, como si aguardara su presencia. Con paso vacilante, se adentraron en la penumbra, cada paso resonando en el silencio sepulcral de la casa.
# Revelaciones en la oscuridad
A medida que avanzaban por el estrecho pasillo, los amigos empezaron a sentir una presencia inquietante a su alrededor. Sombras danzaban en las paredes, susurros fantasmales se filtraban en sus oídos y el frío penetraba en sus huesos. Cuando llegaron al final del pasillo, se encontraron frente a una puerta entreabierta de la que emanaba una luz mortecina. Con el corazón en un puño, empujaron la puerta y lo que vieron en el interior los dejó helados de horror.
Una figura pálida y etérea se erguía en el centro de la habitación, su rostro cubierto por una máscara antigua. Sus ojos sin brillo parecían buscar algo en la oscuridad, mientras emitía un susurro escalofriante que hiela la sangre. Los amigos retrocedieron, pero algo los mantenía anclados en su lugar, como si fueran marionetas en manos de un titiritero siniestro. La voz en eco de la figura resonó en sus mentes, revelando secretos del pasado que los atormentarían por siempre.
# La elección final
El terror se apoderó de los jóvenes, quienes se miraron entre sí con los ojos desorbitados. En ese momento, la figura extendió una mano esquelética hacia ellos, ofreciéndoles una elección imposible. Debían decidir si aceptaban la verdad oculta detrás de la leyenda de la luz en el pasillo oscuro o si preferían vivir en la ignorancia, condenados a la incertidumbre eterna. Cada uno de los amigos se enfrentó a sus propios miedos y demonios internos, sintiendo cómo la oscuridad los envolvía lentamente.
Con temblores en las manos, Alex tomó la decisión más arriesgada: despojarse de la venda que cubría sus ojos y enfrentar la verdad sin reservas. Sus amigos lo miraron con asombro y terror, mientras la figura se acercaba lentamente, revelando su verdadero rostro detrás de la máscara. Lo que vieron en esos ojos sin fondo les mostró la realidad detrás de la leyenda, una verdad tan aterradora que amenazaba con consumir sus almas para siempre.
# El legado de la luz en la oscuridad
El pasillo oscuro guardaba un secreto ancestral que solo aquellos dispuestos a ver más allá de la apariencia podrían comprender. La luz que se encendía y apagaba era el eco de un pasado olvidado, un recordatorio de los errores cometidos por generaciones pasadas. Los cinco amigos se enfrentaron a la revelación con valentía, sabiendo que nunca volverían a ser los mismos después de aquella noche fatídica en la casa abandonada.
Al amanecer, la vieja casa de Silverwood quedó en silencio, envuelta en el velo de la oscuridad eterna. Los lugareños evitaron pasar por allí, temerosos de despertar al espíritu que yacía en su interior. Los cinco amigos desaparecieron sin dejar rastro, convirtiéndose en parte de la leyenda que atormentaría a futuras generaciones. La luz en el pasillo oscuro seguía encendiéndose y apagándose, recordando a todos que algunos secretos deben permanecer enterrados en las sombras, lejos de la mirada curiosa de los vivos.