# Introducción: La Leyenda de la Puerta Que No Existe
En un pequeño pueblo perdido entre las montañas, se contaba una leyenda que helaba la sangre de quienes la escuchaban. Se decía que en lo más profundo del bosque, en un lugar donde las sombras se alargaban y el viento susurraba secretos antiguos, se encontraba la puerta que no existe. Nadie sabía a ciencia cierta cómo llegó a estar allí, ni quién la construyó, pero todos coincidían en que era mejor mantenerse lejos de ella.
# Nudo: El Misterio de la Puerta Prohibida
La historia de la puerta cobró vida una noche de luna llena, cuando un joven valiente decidió desafiar las advertencias de los lugareños y adentrarse en el bosque en busca de la puerta que no existe. Con paso firme y el corazón latiendo con fuerza, se adentró en la oscuridad, siguiendo un sendero cubierto de hojas marchitas.
A medida que se internaba en el bosque, el joven comenzó a sentir una presencia inquietante a su alrededor. Ramas crujían a su paso, como si el bosque mismo intentara disuadirlo de seguir adelante. Pero él no se detuvo, obsesionado por descubrir el misterio que se escondía detrás de la leyenda.
Finalmente, tras horas de caminata, llegó al claro donde se alzaba la puerta que no existe. Era una estructura antigua y en ruinas, cubierta de enredaderas retorcidas y pintada por el musgo verde. El joven se acercó con cautela, sintiendo que cada paso lo llevaba más cerca de lo desconocido.
Al tocar la puerta, un escalofrío recorrió su columna vertebral. Se atrevió a empujarla, y para su sorpresa, se abrió con un chirrido lúgubre. Ante él se extendía un pasillo oscuro, iluminado solo por la luz pálida de la luna que se filtraba a través de las grietas en el techo.
# Desenlace: El Secreto de la Puerta que no Existe
El joven avanzó con paso vacilante, sintiendo que el aire se volvía más denso a medida que se adentraba en el pasillo. Voces susurrantes resonaban en las paredes, palabras ininteligibles que parecían emanar de la mismísima oscuridad.
Finalmente, llegó a una sala circular, donde en el centro se alzaba un pedestal antiguo con un libro encuadernado en piel negra. Temblando, el joven abrió el libro y leyó las palabras que allí estaban escritas, palabras que revelaban el oscuro secreto de la puerta que no existe.
Lo que descubrió en aquella sala queda oculto en las páginas del libro, pero se dice que desde aquel día, el joven nunca volvió a ser el mismo. Algunos dicen que enloqueció, otros que desapareció sin dejar rastro. Lo cierto es que la puerta que no existe guarda un poder oscuro y misterioso que desafía toda comprensión humana.
Y así, la leyenda de la puerta que no existe continuó propagándose por generaciones, alimentando el miedo y la intriga de quienes se atrevían a escucharla. Porque, al final del día, hay secretos que es mejor dejar en las sombras, donde pertenecen, y la puerta que no existe es uno de ellos. ¡Quién sabe qué horrores aguardan más allá de su umbral!