La Ventana Hacia El Más Allá

Introducción: La puerta al más allá

Desde tiempos inmemoriales, se ha dicho que las ventanas son como portales a otros mundos. En el caso de la antigua casa de campo en la que vivía Marta, aquella afirmación parecía cobrar un sentido macabro y perturbador. La ventana del desván, la cual daba directamente al oscuro bosque que rodeaba la propiedad, parecía tener una conexión especial con el más allá. Marta siempre había sentido una extraña fascinación por esa ventana, como si algo la atrajera desde lo más profundo de su ser y le susurrara secretos insondables.

Nudo: La sombra acechante

Una noche, mientras una tormenta azotaba con furia los alrededores, Marta se encontraba sola en la casa. El viento silbaba en los rincones y el sonido de la lluvia golpeando contra los cristales creaba una atmósfera opresiva y claustrofóbica. En un impulso inexplicable, Marta decidió subir al desván y enfrentarse a la ventana misteriosa que tanto la obsesionaba. Con paso vacilante y el corazón latiendo con fuerza, se acercó a ella lentamente.

Al mirar a través del vidrio empañado por la lluvia, Marta vio algo que heló su sangre. En el bosque, entre las sombras de los árboles retorcidos por el viento, una figura oscura y amenazante se recortaba contra el paisaje nocturno. Parecía observarla fijamente, con ojos vacíos y brillantes como ascuas ardientes en la oscuridad. Un escalofrío recorrió la espalda de Marta, quien retrocedió horrorizada y cerró la ventana de un portazo.

Desenlace: La verdad oculta

El misterio que rodeaba la ventana hacia el más allá no hizo más que intensificarse en los días siguientes. Marta empezó a experimentar extraños sucesos en la casa: ruidos en la noche, objetos que se movían solos y sombras que parecían danzar en las paredes. La presencia ominosa del ser oscuro del bosque la perseguía en sueños, susurros sibilinos que la incitaban a abrir la ventana de par en par y dejar que el horror entrara en su vida.

Pero Marta resistió. Investigó la historia de la casa y descubrió un secreto macabro: años atrás, una secta satánica se reunía en los bosques cercanos para realizar rituales prohibidos. Se decía que habían dejado una puerta abierta hacia el más allá, una brecha entre dos mundos que amenazaba con desencadenar el caos en el plano terrenal. Marta comprendió que la ventana del desván era esa puerta, y que debía cerrarla antes de que fuera demasiado tarde.

Con valentía y determinación, Marta se armó con un crucifijo y un frasco de agua bendita y subió al desván una última vez. Al abrir la ventana, la figura oscura emergió de entre los árboles, extendiendo sus garras hacia ella con sed de venganza. Marta rezó con fervor y arrojó el agua bendita sobre el ser, que se retorció en agonía antes de desvanecerse en la nada.

La casa volvió a estar en calma, y la ventana hacia el más allá quedó cerrada para siempre. Marta sabía que había enfrentado a la oscuridad con coraje y determinación, y que había triunfado sobre el mal que acechaba en las sombras. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, seguía sintiendo la presencia de algo indescriptible, algo que la observaba desde el otro lado…

Y así, la historia de la ventana hacia el más allá se convirtió en una leyenda que perduraría en la memoria de aquellos que se atrevieran a adentrarse en los oscuros secretos de la casa de campo de Marta. ¿Qué aguardaba más allá de la ventana? Solo el tiempo lo diría, pero la sombra acechante seguía presente, aguardando pacientemente su momento para regresar a reclamar lo que le pertenecía.

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