El Cementerio De Los Olvidados

# Introducción: El susurro en la noche

En las afueras de un pequeño pueblo se alzaba un cementerio olvidado por el paso del tiempo y la indiferencia de los lugareños. Se le conocía como «El cementerio de los olvidados», pues allí reposaban los restos de aquellos que, por alguna razón desconocida, habían sido apartados de la memoria de quienes alguna vez los amaron.

Las lápidas inclinadas y cubiertas de musgo parecían susurrar historias de dolor y soledad a quien se aventurara a adentrarse entre ellas. Aquel lugar emanaba una atmósfera cargada de misterio y melancolía, como si las almas de los olvidados buscaran ser recordadas mediante algún oscuro susurro en la noche.

# Nudo: La sombra en la penumbra

Una fría noche de luna llena, un joven curioso llamado Andrés decidió desafiar las supersticiones del pueblo y explorar el cementerio de los olvidados. Armado con una linterna y un corazón valiente, se adentró entre las tumbas en busca de respuestas a los enigmas que envolvían aquel lugar.

A medida que avanzaba por los senderos cubiertos de hojas secas, Andrés percibió un extraño susurro que parecía seguirlo a cada paso. Una sombra se deslizaba entre las lápidas, apenas visible en la penumbra de la noche. El joven se detuvo, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, y dirigió la luz de su linterna hacia aquella presencia misteriosa.

# Desenlace: El eco del olvido

La sombra se detuvo, revelando la figura de una mujer vestida de blanco, con el rostro cubierto por un velo ennegrecido por el tiempo. Sus ojos brillaban con una luz sobrenatural mientras extendía una mano huesuda hacia Andrés. Sin pronunciar palabra alguna, la mujer lo condujo por un sendero oculto entre las tumbas hasta llegar a una cripta sepulcral cubierta de hiedra.

Dentro de la cripta, Andrés descubrió un antiguo libro encuadernado en cuero, cuyas páginas exhalaban un aroma a musgo y descomposición. Al abrirlo, leyó historias de almas atormentadas que clamaban por ser recordadas, entre ellas la de la misteriosa mujer que lo había guiado hasta allí.

Al cerrar el libro, Andrés sintió un escalofrío recorrer su espalda, pues comprendió que había desvelado un secreto ancestral que lo vinculaba de alguna manera a aquellas almas olvidadas. La mujer desapareció en un susurro de viento, dejando al joven con más preguntas que respuestas.

El cementerio de los olvidados siguió siendo un lugar de intriga y misterio para quienes se atrevían a adentrarse en él, y la sombra de la mujer vestida de blanco continuó acechando entre las tumbas, esperando que alguien más desvelara el eco del olvido que la envolvía.

Así concluye la historia de Andrés y su encuentro con el misterioso cementerio de los olvidados, donde las almas perdidas buscan ser recordadas en la eternidad. ¿Te atreverías a adentrarte en aquel lugar y escuchar el susurro de los olvidados en la noche? Cada paso en ese lugar podría llevarte más allá de lo que tu mente puede comprender, hacia un reino donde la memoria y el olvido se entrelazan en un eterno eco de sombras.

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