# Introducción: La leyenda del Cementerio de los no muertos
En un pequeño pueblo perdido entre colinas y bosques frondosos, se alzaba un antiguo cementerio conocido por los lugareños como «El Cementerio de los no muertos». La leyenda que rodeaba a ese lugar era tan oscura como la noche misma, y nadie se atrevía a acercarse a sus viejas rejas de hierro oxidado una vez caída la tarde.
Cuentan los más ancianos que aquel camposanto había sido construido sobre una tierra maldita, donde los muertos no encontraban descanso y regresaban de entre las sombras para acechar a los vivos. Los lugareños evitaban pasar cerca de él, temerosos de despertar a esas criaturas que yacían bajo tierra pero cuyos inquietos espíritus vagaban en busca de venganza.
# Nudo: El oscuro secreto del Cementerio
Una noche de luna llena, un forastero llegó al pueblo. Su rostro estaba surcado por las huellas del tiempo y su mirada parecía esconder secretos insondables. Pocos se atrevieron a dirigirle la palabra, pero él parecía no inmutarse ante las miradas recelosas que le seguían a cada paso.
Intrigado por la leyenda del Cementerio de los no muertos, el forastero decidió adentrarse en sus lúgubres dominios. Armado solo con una linterna y su valentía, cruzó las puertas entreabiertas y se adentró en un mundo de sombras y silencios perturbadores.
A medida que avanzaba entre las tumbas sepultadas bajo musgo y olvido, el forastero comenzó a percibir un susurro siniestro que parecía emanar de la tierra misma. Voces susurrantes le incitaban a seguir adelante, prometiéndole revelar el oscuro secreto que se escondía en lo más profundo del cementerio.
# Desenlace: El pacto con los no muertos
Finalmente, el forastero llegó a una cripta en ruinas, cuya puerta de hierro chirriaba al abrirse con un crujido escalofriante. En su interior, una luz mortecina iluminaba un altar cubierto de símbolos arcanos y velas consumidas. Allí, rodeado de sombras danzantes, descubrió el oscuro secreto del Cementerio de los no muertos.
Los no muertos no eran simples espíritus atormentados, sino seres atrapados en un limbo entre la vida y la muerte por un pacto ancestral. En su desesperación por encontrar el descanso eterno, buscaban un alma inocente que accediera a liberarlos de su condena a cambio de un favor insospechado.
El forastero comprendió entonces la verdadera naturaleza de su visita al cementerio y la elección que se le presentaba: liberar a los no muertos y sellar un pacto con ellos, o huir y condenarlos a vagar eternamente en su tormento. Con el corazón latiendo con fuerza, tomó una decisión que cambiaría su destino para siempre.
Y así, en medio de la noche eterna del Cementerio de los no muertos, se forjó un nuevo pacto entre el mundo de los vivos y los no muertos, donde la frontera entre la vida y la muerte se difuminaba en un abrazo macabro de sombras y secretos ocultos.
El forastero desapareció del pueblo al amanecer, dejando tras de sí una estela de misterio y temor. Algunos dicen que se convirtió en el guardián eterno del Cementerio de los no muertos, mientras otros aseguran haber visto su figura errante entre las tumbas, cumpliendo con su parte del pacto en la oscuridad de la noche.
El misterio del Cementerio de los no muertos perdura hasta nuestros días, recordándonos que en las sombras más profundas yace la verdad más perturbadora, esperando ser desvelada por aquellos que se atrevan a enfrentarla.
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