El Grito En El Pasillo Oscuro

Introducción: La sombra en el pasillo

El frío invadió la espina dorsal de Laura al entrar en su casa aquella noche. Había salido a dar un paseo nocturno para despejar la mente, pero al regresar se encontró con una atmósfera densa y cargada en el interior de su hogar. Una sensación de angustia se apoderó de ella, como si algo oscuro y malévolo acechara desde las sombras.

Al avanzar por el pasillo que llevaba a su habitación, un ligero escalofrío recorrió su cuerpo al notar una presencia desconocida detrás de ella. Un susurro apenas perceptible se deslizó por el aire, seguido de un escalofriante grito ahogado que parecía surgir de lo más profundo de la oscuridad.

Nudo: El eco de la locura

La mente de Laura se vio envuelta en un torbellino de pensamientos turbios y perturbadores. Aquel grito en el pasillo oscuro resonaba en su cabeza como un eco interminable, despertando temores ancestrales y despertando una paranoia latente en lo más íntimo de su ser.

No podía conciliar el sueño, atormentada por la sensación de que algo siniestro acechaba en cada sombra, esperando pacientemente para revelarse en un momento de vulnerabilidad. Los días transcurrían en un estado de constante alerta, con la certeza de que algo terrible se cernía sobre ella, aguardando el momento adecuado para desencadenar su terrorífica presencia.

Desenlace: El susurro en la oscuridad

Una noche, mientras yacía en su cama sumida en el insomnio, Laura percibió un susurro tenue que se deslizaba por el pasillo en la penumbra. Un impulso irrefrenable la llevó a levantarse y dirigirse hacia aquel lugar de donde parecía emanar aquella voz susurrante.

Al llegar al final del pasillo, se encontró con una figura borrosa que se desvanecía lentamente entre las sombras. Un grito ahogado brotó de sus labios al reconocer en aquella silueta fantasmal los rasgos de una versión distorsionada de sí misma. El reflejo de su propia locura, materializada en la oscuridad de su propio hogar.

Después de ese encuentro perturbador, Laura decidió abandonar la casa para siempre, dejando atrás el eco de aquel grito en el pasillo oscuro. Sin embargo, la sombra de su propia demencia continuaba acechándola en cada rincón, recordándole que el verdadero horror reside en nuestro interior, aguardando pacientemente para emerger cuando menos lo esperamos.

El misterio de aquella noche nunca fue resuelto, y la leyenda perdura entre los vecinos de la antigua casa de Laura, donde se dice que aún se puede escuchar el eco de un grito ahogado en el pasillo oscuro, recordando a todos los incautos que la locura puede acechar en las sombras más insospechadas.

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