# Introducción: La advertencia en la red
Era una noche oscura y tormentosa, perfecta para sumergirse en el mundo de lo sobrenatural. En una pequeña ciudad, un grupo de amigos se reunía para disfrutar de una velada llena de misterio. Entre risas y susurros, uno de ellos mencionó una leyenda urbana que había estado circulando por la red. Se decía que existía un sitio web oculto, conocido como «El Rostro en la Pantalla», donde aparecía una figura siniestra que predecía el destino de quienes se atrevían a visitarlo.
# Nudo: La obsesión por descubrir la verdad
Intrigados por la historia, decidieron investigar más a fondo. Con un nerviosismo palpable, ingresaron la dirección en el navegador y esperaron en silencio. La pantalla se iluminó con una imagen borrosa de un rostro indescifrable, con ojos que parecían seguir cada movimiento de los espectadores. Una voz escalofriante comenzó a emitir un mensaje enigmático, advirtiendo sobre peligros inminentes y revelando secretos oscuros que nadie más debía conocer.
La obsesión por descubrir la verdad los consumió, y cada vez pasaban más tiempo frente a la pantalla, buscando respuestas a preguntas que ni siquiera se atrevían a formular en voz alta. Las noches se volvieron más largas, los sueños más intranquilos, y una sensación de paranoia comenzó a apoderarse de sus mentes.
# Desenlace: El precio de la curiosidad
Con el paso del tiempo, los amigos notaron cambios perturbadores en su entorno. Sombras acechando en las esquinas, susurros en la oscuridad, y la constante sensación de ser observados. Comenzaron a cuestionar su propia cordura, preguntándose si todo lo que estaban viviendo era real o simplemente producto de su imaginación desbocada.
Finalmente, uno a uno, los miembros del grupo comenzaron a desaparecer misteriosamente. Sin dejar rastro, sin explicación alguna. Solo quedaba uno de ellos, paralizado por el terror y la incertidumbre. Decidió regresar al sitio web prohibido una última vez, en busca de respuestas que nunca llegarían.
Al día siguiente, los lugareños encontraron su cuerpo sin vida frente a la pantalla, con una expresión de horror congelada en su rostro. Nadie supo nunca qué fue lo que realmente ocurrió aquella noche, ni qué secretos guardaba el misterioso sitio web. Solo quedó una advertencia en la red, susurrando a los internautas desprevenidos sobre el precio de la curiosidad y la oscuridad que acecha en las profundidades de internet.
El rostro en la pantalla se convirtió en una leyenda más en la red, alimentando el miedo y la fascinación de quienes se atreven a adentrarse en los rincones más sombríos de la red. ¿Te atreverías a buscarlo, querido lector? Quién sabe qué horrores podrían aguardarte más allá de la pantalla…