Por supuesto, aquí tienes el relato de terror:
Introducción: La casa encantada
En un pequeño pueblo rodeado de altos árboles y un aire denso de misterio, se alzaba una antigua mansión conocida por los lugareños como «La casa de los susurros». La historia que envolvía a esta morada era tan oscura como las sombras que la rodeaban. Se decía que en aquella casa habitaba una presencia maligna que acechaba desde lo más alto, en el ático. Los vecinos evitaban pasar cerca de ella, temerosos de despertar algo que mejor permaneciera dormido.
Nudo: Susurros en la oscuridad
Una oscura noche de luna llena, Lucas, un joven periodista en busca de una buena historia para su blog sobre lo sobrenatural, decidió adentrarse en la morada abandonada. Armado con su grabadora y cámara, se adentró sigilosamente en la casa, sintiendo cómo el peso de la historia recaía sobre sus hombros.
A medida que exploraba los oscuros pasillos y habitaciones polvorientas, los susurros de voces lejanas parecían acompañarle en su camino. Subió las escaleras con temor, hasta llegar al ático, donde una vieja ventana empañada por el tiempo se dibujaba en la penumbra.
Frente a aquella ventana, en medio de la negrura de la noche, Lucas vislumbró una figura borrosa, apenas perceptible. Una presencia que parecía mirar fijamente hacia él, con ojos sin pupilas que calaban hasta los huesos. El gélido viento nocturno parecía llevar consigo un mensaje de advertencia, pero era demasiado tarde para retroceder.
Desenlace: Entre luces y sombras
El corazón de Lucas latía con fuerza mientras observaba aquella figura en la ventana del ático. Un inexplicable terror se apoderó de su ser, pero su instinto periodístico le impulsaba a capturar ese momento en su cámara. Con manos temblorosas, enfocó la imagen y disparó.
Un destello de luz iluminó la estancia por un instante, revelando la silueta de la figura de manera más nítida. Sin embargo, cuando la imagen se reveló en la pantalla de la cámara, solo apareció un reflejo vacío, una sombra desdibujada que se desvaneció ante sus ojos.
Lucas sintió un escalofrío recorrer su espalda y, sin pensarlo dos veces, salió corriendo de la casa de los susurros. Mientras atravesaba el umbral, escuchó una voz susurrante que parecía decir su nombre en un tono inhumano. Sin mirar atrás, se alejó de allí con la sensación de que algo oscuro le seguía de cerca.
Con el paso de los días, Lucas investigó la foto tomada en aquella fatídica noche una y otra vez, tratando de encontrar una explicación racional. Sin embargo, la figura en la ventana del ático seguía siendo un enigma sin resolver, una sombra perdida entre luces y sombras que le perseguiría en sus pesadillas.
Así, la leyenda de «La casa de los susurros» continuó alimentando el miedo y la fascinación de quienes se atrevían a acercarse a sus muros. ¿Qué secretos guardaba aquel lugar maldito? ¿Qué misterios aguardaban en las sombras del ático? Solo aquellos valientes o insensatos que se aventuraran podrían descubrir la verdad detrás de la figura en la ventana del ático.