Introducción: La llamada del faro
El faro Solitario se alzaba majestuoso sobre los acantilados, su luz parpadeante rompiendo la oscuridad de la noche. Los lugareños evitaban acercarse a él, pues decían que en noches sin luna, una sombra misteriosa se materializaba en su interior. Aquel faro había sido testigo de tragedias y desapariciones inexplicables a lo largo de los años. Y esta es la historia de una de esas noches, cuando la sombra en el faro cobró vida.
Nudo: La presencia maligna
La joven Marina había escuchado las leyendas sobre el faro desde que era una niña, pero la curiosidad finalmente la llevó a desafiar el peligro y adentrarse en su interior una noche de luna llena. Con paso vacilante, subió los escalones oxidados hasta llegar al cuarto de la linterna, donde la luz giratoria iluminaba la estancia con una luz fantasmagórica.
De repente, un escalofrío recorrió su espalda cuando vio una sombra al final del pasillo. Parecía moverse con vida propia, contorsionándose y retorciéndose de una manera inhumana. Marina contuvo el aliento y retrocedió lentamente, pero la sombra comenzó a acercarse hacia ella, emitiendo un zumbido siniestro que resonaba en sus oídos.
Sin saber qué hacer, Marina corrió escaleras abajo, con la sombra persiguiéndola implacablemente. Cada vez que miraba hacia atrás, la figura oscura parecía estar más cerca, como si estuviera a punto de atraparla en su abrazo gélido. El faro resonaba con sus pasos apresurados y el sonido ominoso de la sombra detrás de ella.
Desenlace: La oscuridad eterna
Finalmente, Marina llegó al pie del faro, su corazón latiendo con fuerza y el sudor frío cubriendo su frente. Miró hacia arriba y vio la sombra en lo alto, observándola con ojos sin rostro que parecían penetrar en su alma. Sin decir una palabra, la sombra se desvaneció lentamente, dejando a Marina con una sensación de terror indescriptible.
Desde esa noche, Marina nunca volvió a ser la misma. A menudo se la veía mirando fijamente hacia el faro Solitario, como si algo dentro de ella hubiera quedado atrapado en aquellos oscuros pasillos. Los lugareños decían que la sombra en el faro se había llevado su alma, condenándola a vagar eternamente en busca de redención.
Así, la leyenda del faro Solitario y su sombra maldita perduraron en el tiempo, recordando a todos aquellos que se aventuraban demasiado cerca que en la oscuridad acechaba un mal antiguo y poderoso, listo para reclamar a aquellos que se atrevieran a desafiarlo.
Con el eco de susurros en la noche y el brillo intermitente de la luz del faro, la sombra en el faro siguió su danza macabra, esperando pacientemente por la próxima alma valiente que osara desafiar su dominio en las sombras eternas. ¿Te atreverás a enfrentarte a ella?