Introducción: La puerta al terror
En un pequeño pueblo rodeado de frondosos bosques y misteriosos senderos se encontraba un lugar conocido como «El jardín de los espectros». Era un rincón olvidado por el tiempo, donde las sombras se alargaban de una manera perturbadora y el silencio era tan denso que parecía palpable. Los lugareños evitaban pasar cerca de ese lugar, pues decían que estaba habitado por entidades malignas que acechaban a aquellos que osaban adentrarse en sus dominios.
Nudo: El camino oscuro
Una noche de luna llena, un joven valiente llamado Lucas decidió desafiar las advertencias y explorar el misterioso jardín. Armado solo con una linterna y un corazón lleno de curiosidad, se adentró en el sendero cubierto de maleza y espinas que conducía al lugar prohibido. El aire se volvió más frío a medida que avanzaba, y pronto el sonido de sus pasos resonaba de manera inquietante en la oscuridad.
Los árboles retorcidos parecían susurrar secretos antiguos, y las sombras danzaban al compás de una melodía siniestra. Lucas sentía un escalofrío recorrer su espalda, pero una fuerza desconocida lo impulsaba a seguir adelante. Pronto llegó a un claro en el centro del jardín, donde una fuente oxidada emitía un agua turbia y maloliente. Fue entonces cuando vio a lo lejos una figura incorpórea que lo observaba con ojos vacíos y helados.
Desenlace: El pacto silencioso
El corazón de Lucas se detuvo al ver a la criatura, cuya presencia parecía absorber la luz de su linterna. Sin embargo, en lugar de sentir miedo, una extraña sensación de paz invadió su ser. La entidad se acercó lentamente, extendiendo una mano pálida y gélida hacia él. Lucas sintió una atracción inexplicable hacia aquel ser, como si estuviera hipnotizado por su mirada sin vida.
La figura susurró palabras incomprensibles que resonaron en lo más profundo de la mente de Lucas. Sin dudarlo, extendió su propia mano para tocar la de la criatura, sellando así un pacto silencioso en el jardín de los espectros. Desde ese día, Lucas desapareció misteriosamente del pueblo, dejando solo su linterna encendida en el claro del jardín.
Los lugareños murmuraban entre ellos sobre la extraña desaparición del joven, preguntándose qué secretos ocultaba el jardín de los espectros y qué destino había aguardado a Lucas en su interior. Algunos afirmaban que lo habían visto deambular por el bosque en las noches de luna llena, acompañado por sombras danzantes y susurros de ultratumba.
El misterio del jardín de los espectros perduró en la memoria del pueblo, convirtiéndose en una leyenda oscura que se transmitía de generación en generación. ¿Qué sucedió realmente con Lucas en aquel lugar prohibido? Nadie lo sabía con certeza, pero algunos aseguraban que su espíritu aún vagaba entre las sombras, buscando respuestas que solo el jardín de los espectros podía ofrecer.