# Introducción: El susurro de lo olvidado
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, se escondía un secreto que había sido olvidado por generaciones. Se decía que existía una casa que nunca había sido construida, una casa que solo aparecía en las pesadillas de los lugareños. Nadie sabía a ciencia cierta cómo había llegado a existir ese lugar, pero su presencia misteriosa sembraba el terror en todos los corazones que osaban acercarse a sus inmediaciones.
# Nudo: Las sombras del pasado
Un grupo de amigos, ansiosos por descubrir la verdad detrás de la leyenda urbana que tanto les atormentaba, decidieron aventurarse en busca de la casa que nunca existió. Entre risas nerviosas y miradas inquietas, se adentraron en el bosque, siguiendo un sendero cubierto de maleza y hojas secas. A medida que avanzaban, el ambiente se volvía cada vez más opresivo, como si las sombras del pasado les susurraran al oído advirtiéndoles que estaban entrando en un territorio prohibido.
Al fin, divisaron entre los árboles la imponente silueta de la casa que nunca existió. Su estructura parecía desafiar las leyes de la realidad, con ventanas sin cristales que reflejaban la luz de la luna de forma siniestra. Al acercarse, pudieron sentir la presencia de algo antiguo y maligno que habitaba en aquel lugar, algo que nunca debió ser despertado de su letargo.
# Desenlace: El eco de la eternidad
Una vez dentro de la casa, los amigos se enfrentaron a una serie de sucesos inexplicables y aterradoras revelaciones que los llevaron al borde de la locura. Pasillos que parecían no tener fin, habitaciones llenas de muebles cubiertos por telarañas y retratos de rostros desconocidos que los observaban con ojos vacíos. Cada paso que daban los sumergía más en la oscuridad de lo desconocido, hasta que finalmente llegaron a una habitación oculta en lo más profundo de la casa.
En el centro de la habitación yacía un antiguo libro encuadernado en cuero oscuro, cuyas páginas exudaban un poder maligno que helaba la sangre. Al abrirlo, descubrieron la verdad detrás de la casa que nunca existió: era el hogar de un antiguo culto dedicado a la adoración de entidades oscuras que habían sido desterradas de la realidad por sus abominables actos. Aquella casa era el último vestigio de su poder, un recordatorio de los horrores que habían desencadenado en su búsqueda de la inmortalidad.
Al abandonar la casa, los amigos sintieron un peso en sus corazones, sabiendo que habían despertado algo que no debió haber sido perturbado. Mientras caminaban de regreso al pueblo, podían escuchar en la distancia el eco de las voces susurrantes de aquellos que habitaban en la casa que nunca existió, recordándoles que en la oscuridad eterna, algunas historias nunca tienen un final definitivo.
El misterio de la casa que nunca existió perduraría en la memoria de aquellos valientes exploradores, dejando sembrada la semilla del terror en sus almas para siempre. ¿Qué secretos más aguardan en las sombras, esperando ser descubiertos por aquellos que se atrevan a desafiar lo desconocido?
El eco de la eternidad resonaría en sus sueños, recordándoles que algunas puertas nunca deberían ser abiertas, y algunas historias nunca deberían ser contadas.