La Figura Que Te Sigue En Los Sueños

# Introducción: La sombra que te persigue en la oscuridad

En las noches más tormentosas y silenciosas, cuando el viento agita las ramas de los árboles como susurros de almas perdidas, existe una presencia siniestra que acecha en los rincones más oscuros de tu mente. Se dice que hay una figura enigmática que te sigue en los sueños, una entidad malévola que se alimenta de tus miedos más profundos y que te arrastra hacia un abismo sin fin.

# Nudo: El terror entrelazado en tus pesadillas

Todo comenzó una noche como cualquier otra, cuando Ana, una joven estudiante universitaria, empezó a experimentar sueños extraños y perturbadores. En sus pesadillas, una sombra alargada la perseguía sin descanso, moviéndose con una elegancia sobrenatural que le helaba la sangre en las venas. Al principio, creyó que era simplemente fruto de su imaginación desbocada, pero pronto se dio cuenta de que aquella presencia no era algo creado por su mente, sino algo mucho más real y aterrador.

Cada noche, la figura se acercaba un poco más, sus ojos vacíos fijos en ella, su presencia palpable en el aire cargado de angustia. Ana intentaba despertar una y otra vez, gritando en la oscuridad de su habitación, pero la sombra siempre volvía, imperturbable y amenazante. Con el paso de los días, su salud mental empezó a resquebrajarse, su rostro pálido y ojeroso reflejando el terror que la consumía por dentro.

# Desenlace: El susurro de la eternidad

En la última noche, cuando la luna llena iluminaba su habitación con una luz plateada y misteriosa, Ana decidió enfrentarse a la figura que la atormentaba en sus sueños. Con el corazón latiendo desbocado en su pecho, se adentró en lo más profundo de su propia mente, siguiendo el rastro de sombras que la conducía hacia su destino final.

La figura se materializó frente a ella, su silueta oscura y difusa como una neblina de perdición. Sin decir palabra alguna, extendió su mano huesuda hacia Ana, invitándola a unirse a su danza macabra por toda la eternidad. Aterrorizada pero decidida, Ana tomó la mano helada de la sombra y se dejó llevar hacia lo desconocido, hacia un nuevo amanecer donde la realidad se entrelazaba con los límites de la cordura.

Y así, la figura que la seguía en los sueños encontró en Ana a su compañera de penas y secretos, mientras el mundo continuaba girando ajeno a la oscuridad que acechaba en lo más profundo de la noche. ¿Acaso era todo real o simplemente un delirio de una mente perturbada? Solo el viento susurrante y las sombras alargadas conocen la respuesta, guardando celosamente sus secretos en el abismo de la eternidad.

Que cada alma sabia saque sus propias conclusiones sobre la sombra que te sigue en los sueños, ese misterio envuelto en tinieblas que nunca cesa de acechar en la oscuridad de la noche.

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