# Título: La ventana al otro lado
—
# Introducción
Desde el momento en que Adela y su familia se mudaron a aquella antigua casa victoriana en las afueras del pueblo, sintieron que algo no estaba bien. La arquitectura imponente y los oscuros rincones de la mansión despertaban en ellos una sensación de intriga y temor. Sin embargo, lo que más llamó la atención de Adela fue una pequeña habitación en el último piso, cuya única ventana daba hacia un oscuro bosque que parecía esconder secretos insondables.
—
# Nudo
Con el paso de los días, Adela comenzó a experimentar extraños sucesos en la casa. Voces susurrantes en la oscuridad, sombras que se movían furtivamente por los pasillos y una sensación constante de ser observada la perturbaban sin descanso. Cada vez que se acercaba a la ventana del último piso, sentía una presencia acechante detrás de ella, como si algo o alguien estuviera esperando del otro lado para reclamarla.
Una noche, decidida a desentrañar el misterio que envolvía aquella ventana al otro lado, Adela se adentró en la habitación prohibida. La tenue luz de la luna filtrándose por la ventana iluminaba débilmente la estancia, revelando siluetas fantasmales que danzaban en las sombras. Con manos temblorosas, se acercó lentamente al cristal y contempló el oscuro bosque que se extendía más allá.
Fue entonces cuando vio algo que heló su sangre. En medio de la espesura, una figura encapuchada la observaba fijamente, con ojos vacíos que parecían penetrar su alma. Un escalofrío recorrió su columna vertebral y supo en ese instante que algo siniestro se encontraba al acecho del otro lado de la ventana.
—
# Desenlace
Aterrorizada, Adela retrocedió bruscamente y se alejó de la ventana, pero la voz en su mente seguía susurrándole palabras incomprensibles y ominosas. Sabía que lo que había visto no era producto de su imaginación, sino una entidad maligna que habitaba en aquel bosque prohibido. Con el corazón latiendo desbocado, se prometió a sí misma no volver a acercarse jamás a esa ventana al otro lado.
Días después, la mansión victoriana fue engullida por las llamas en un misterioso incendio que redujo todo a cenizas. Los vecinos del pueblo aseguraban haber escuchado gritos desgarradores provenientes de la antigua casa, pero cuando los bomberos lograron extinguir el fuego, no encontraron rastro alguno de Adela ni de su familia. Solo quedaba en pie la habitación del último piso, con la ventana abierta de par en par y el viento silbando entre los escombros.
Algunos dicen que Adela y los suyos fueron arrastrados al otro lado por aquella fuerza tenebrosa que habitaba en el bosque, mientras que otros sostienen que la ventana al otro lado sigue abierta, aguardando a nuevas almas intrépidas que se atrevan a asomarse y descubrir la verdad que se oculta más allá de su cristal empañado. Quizás nunca sabremos qué se esconde realmente al otro lado, pero una cosa es segura: algunas puertas, una vez abiertas, jamás vuelven a cerrarse.
—
Con esta historia, no podrán resistir la tentación de asomarse a La ventana al otro lado, donde el misterio y el terror aguardan en las sombras, listos para atrapar a aquellos que osen desafiar lo desconocido.