En el corazón del parque de diversiones abandonado, entre las atracciones oxidadas y los restos de risas olvidadas, se alzaba el Carrusel de los Susurros. Esta antigua atracción, una vez llena de alegría y música alegre, ahora era un lugar de terror y misterio.
La leyenda del Carrusel de los Susurros comenzó en una noche oscura y tormentosa, cuando una joven llamada Clara decidió explorar el parque abandonado en busca de aventuras. Con una linterna en una mano y el corazón lleno de curiosidad, se adentró en el terreno descuidado y silencioso.
A medida que se acercaba al Carrusel de los Susurros, Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda. La atracción, una vez colorida y llena de vida, ahora se erguía en la oscuridad como un monumento a la decadencia y el abandono. Las figuras de los caballos de madera parecían mirarla con ojos vacíos y melancólicos.
Decidida a desafiar su miedo, Clara subió al carrusel y se sentó en uno de los caballos. La madera crujía bajo su peso mientras el carrusel se ponía en marcha lentamente, girando en círculos en medio de la oscuridad.
Al principio, todo parecía normal. La música chirriante y los destellos de las luces parpadeantes creaban una atmósfera fantasmagórica que envolvía a Clara. Pero entonces, empezaron los susurros.
Al principio eran apenas audibles, como el susurro del viento entre las hojas. Clara frunció el ceño, intentando ignorarlos, pero los susurros se hicieron más fuertes y más insistente. Eran voces inhumanas, murmurando palabras incomprensibles en su oído.
La joven intentó levantarse de su caballo y escapar, pero descubrió con horror que estaba atrapada. Las correas que debían sujetarla se habían transformado en tentáculos retorcidos que la mantenían firmemente en su lugar.
Los susurros se intensificaron, llenando su mente con un zumbido ensordecedor. Clara gritó en terror mientras las voces le hablaban de cosas que no entendía, de secretos oscuros y antiguos.
En un acto desesperado, Clara cerró los ojos con fuerza y gritó una oración olvidada que había escuchado en una vieja canción de cuna. Al instante, los susurros se detuvieron y el carrusel se detuvo bruscamente.
Cuando Clara abrió los ojos, se encontró sola en el carrusel, rodeada de silencio. El parque abandonado parecía más sombrío que nunca, como si hubiera despertado de un sueño profundo y oscuro.
Temblando y temerosa, Clara corrió del carrusel y escapó del parque de diversiones abandonado. Nunca volvió a hablar de lo que experimentó esa noche, pero los lugareños cuentan que a veces, en las noches de luna llena, se puede escuchar el suave murmullo de los susurros provenientes del Carrusel de los Susurros.
Y así, la leyenda del Carrusel de los Susurros continúa acechando en el parque de diversiones abandonado, recordando a todos que hay lugares en este mundo donde los susurros del pasado nunca mueren y los secretos acechan en las sombras.
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